Llegar a la Tercera Edad es inevitable, vamos cumpliendo años y cada año trae consigo cambios en nuestro cuerpo, nuestra mente y por supuesto, también en nuestros dientes.
En el siguiente artículo vamos a enumerar los cambios principales que sufre un adulto mayor en su dentadura, al llegar a la Tercera Edad.
Envejecimiento de las piezas dentales.
Igual que envejece nuestra piel, también lo hace nuestras piezas dentales sufriendo cambios morfológicos y fisiológicos. Estos cambios son consecuencia además, del paso de los años, también de la acumulación de efectos propios como el fumar, la ingesta de té, café o de bebidas alcohólicas, la alimentación y los hábitos de higiene oral.
Dientes oscurecidos:
El color de nuestros dientes viene proporcionado por la dentina. Ésta no es de un blanco impoluto sino que se asemeja más a un color marfil. Al estar formada por elementos orgánicos e inorgánicos, al envejecer, tiende a teñirse haciendo que los dientes luzcan un aspecto más envejecido. Además del paso del tiempo natural, también ayuda a esta coloración amarillenta, el consumo de tabaco o de bebidas como el café o el té.
Boca seca:
El síndrome de la Boca Seca, también llamado Xerostomía, es muy común en personas mayores ya que suele estar asociado a la toma prolongada de medicamentos lo que acaba reduciendo el flujo de saliva. Además, trae aparejado un riesgo mayor de sufrir caries ya que la saliva tiene una función protectora y limpiadora para nuestros dientes.
Caries radicular:
Otro de los procesos naturales que se desencadenan en nuestra boca es la progresiva pérdida o retracción de la encía. Esto provoca que la raíz del diente quede más expuesta y a su vez puede afectar a la sensibilidad dental. Es fundamental, mantener una correcta higiene dental para que la caries radicular no aflore.
Pérdida de dientes:
Es fácil ver que a algunas personas mayores la falta alguna pieza dental o todas, lo que supone un problema añadido a la vejez. Ya que las personas que carezcan de piezas dentales, tendrán más problemas a la hora de masticar y deglutir los alimentos, respecto a otras personas que tengan todas sus piezas dentales. Una posible solución para este tipo problemas, es la prótesis dental ya sea fija con implantes dentales o removible (dentadura postiza como se conoce de forma vulgar).
Envejecimiento de la saliva:
La saliva, es esencial para el mantenimiento de una adecuada salud bucal ya que interviene en funciones bucales básicas como la deglución, la masticación y el habla.
Cada adulto mayor es diferente por lo que los cambios bucales pueden estar presentes o no durante el envejecimiento, lo cual dependerá de diversos factores genéticos: hereditarios y orgánicos y ambientales, nutricionales, económicos y sociales.
Pérdida del sentido del gusto:
Está demostrado que con la edad perdemos agudeza en todos nuestros sentidos. El del gusto no es una excepción. A partir de los 60 años aproximadamente, las papilas gustativas disminuye en número y tamaño por lo que la sensibilidad a los sabores dulces, salados, amargo, ácido y umami se ve mermada.