Por qué usar limpiador lingual.

En muchas ocasiones, seguro que nos hemos preguntado ¿por qué seguimos teniendo sensación de halitosis si mantenemos una buena higiene bucal, usamos hilo dental y utilizamos un colutorio para el enjuague después del cepillado?

A veces y casi con toda seguridad, si seguimos manteniendo una sensación pesada en la boca, es porque nos estamos olvidando de la limpieza de nuestra lengua.

La lengua almacena gran cantidad de bacterias y estas es necesario limpiarlas para que nuestro aliento no emita mal olor ya que esto es una de las principales causas de la halitosis.

Si vemos que nuestra lengua tiene un color amarillento o blanquecino en la parte posterior de la misma, es síntoma que no está todo lo limpia que debería. Esta capa se crea a través de la acumulación de restos de comida, mucosidad, saliva y bacterias generando mal olor.

Para evitar que se acumulen estas bacterias se recomienda utilizar un limpiador lingual. Muchas personas utilizan el propio cepillo de dientes para la limpieza de la lengua, pero en ocasiones no es suficiente, y lo mejor es utilizar este accesorio específico para su cuidado.

Su uso es fácil y muy útil; sólo tienes que arrastrarlo por la lengua desde la parte posterior hacia adelante, presionando pero no con mucha fuerza, hasta que veamos que desaparece por completo esa capa blanquecina de nuestra lengua. Una vez finalizada la limpieza lingual sólo tienes que enjuagarlo con un poco de agua.

Las primeras veces hay que tener un poco de cuidado para evitar las típicas molestias como náuseas que se producen los primeros días sobre todo.

Lo más recomendable es utilizarlo una vez al día, mejor por las mañanas.
Los limpiadores linguales más efectivos suelen ser lo más sencillos, aquellos que tienen forma de U; pueden adquirirse en cualquier farmacia y el precio no excede a lo que puede costar un buen cepillo de dientes. Además no hay que sustituirlo con tanta frecuencia como el cepillo de dientes (3 meses), ya que podemos darle un uso más prolongado y no necesita recambios.

Sin duda una inversión que merece la pena y que nos puede evitar enfermedades como gingivitis, periodontitis o caries.