TABACO Y LOS DIENTES

Son de sobra conocidos los efectos negativos que tiene el tabaco en nuestra salud, pero ¿cuáles son esos efectos en nuestra salud bucodental?

Muchas son las campañas en contra del consumo de tabaco. Nos hablan de cómo el tabaco afecta a nuestra salud, a nuestros pulmones, a nuestra piel, etc. En esta ocasión queremos poner nuestro foco de atención en los efectos del tabaquismo en nuestra boca.

Cuando fumamos, la boca es la puerta a todas las sustancias nocivas que componen el tabaco, y nos preguntamos ¿qué consecuencias tienen esas sustancias en nuestra salud bucodental?

Como todos sabemos, los malos hábitos como es el consumo del tabaco el alcohol, es una de las principales causas de tinciones dentarias y halitosis. Pero realmente, el principal riesgo que producen el tabaco y el alcohol, es el cáncer oral, sobre todo en personas con mala higiene oral.

Otra de las consecuencias más importantes que provoca el consumo habitual de tabaco es que el riesgo de padecer periodontitis es tres veces mayor que el de una persona no fumadora, pudiendo provocar hasta pérdida de piezas dentales. Además, con el tabaco, la enfermedad periodontal progresa con mayor rapidez, se dificulta su detección precoz y se limitan los resultados del tratamiento.

Las razones para explicar esto son múltiples: las bacterias pueden ser más agresivas, los vasos sanguíneos están afectados (por ello se explica su peor respuesta al tratamiento periodontal), los tejidos periodontales se alteran y el sistema inmune está dañado, ya que las células defensivas reducen su cantidad y empeoran su funcionamiento.

Uno de los primeros síntomas de la enfermedad periodontal, y por lo que el paciente acude a la clínica, es el sangrado de encías, pero en una persona fumadora, la inflamación de la encía es poco evidente y el sangrado menor de lo habitual, por lo que en ocasiones se dificulta el diagnóstico precoz.

Además, la respuesta a los tratamientos de la encías es mucho peor en fumadores (los beneficios se reducen hasta en un 50%). La mayoría de los pacientes que no responden adecuadamente a los tratamientos periodontales son fumadores (86-90%).

El consejo para el fumador es pedir ayuda para dejar de fumar: si se deja de fumar, en 4 o 6 semanas empieza a recuperarse la vascularización de la encía, mejora la respuesta al tratamiento y se reducen progresivamente todos los riesgos y problemas mencionados anteriormente. Es recomendable revisar las encías con más frecuencia, dejar de fumar o reducir la dosis de cigarrillos y mantener la presencia de placa en niveles mínimos.
Imagen: plenido.com