CUIDADOS DEL CEPILLO DE DIENTES

El cepillo de dientes se trata de utensilio de higiene que todos utilizamos al menos dos veces al día pero que no siempre recibe el cuidado que se merece. En el siguiente artículo hablaremos de los cuidados que debemos llevar a cabo para así asegurarnos que nuestra limpieza bucodental es correcta y eficaz.
¿Para qué nos sirve cepillarnos los dientes tres veces al día, si nuestro cepillo está deteriorado?

Unas de las primeras cosas que debemos saber acerca de nuestros cepillos de dientes es que éste debe ser sustituido por uno nuevo aproximadamente cada 4 meses. En el caso de haber contraído una enfermedad infecciosa, deberá cambiar su cepillo por uno nuevo.

Algo muy importante para mantener una salud bucodental idónea es no compartir el cepillo de dientes. Este comportamiento puede ser altamente grave para nuestra salud por el contagio de enfermedades que supone, ya que al intercambiar el cepillo de dientes estamos a su vez, compartiendo fluidos corporales y/o microorganismos entre los usuarios.

Las personas inmunodeprimidas deberán extremar la seguridad en este sentido.
Tras cada cepillado, es muy importante retirar los restos alimenticios o de pasta de dientes que puedan quedar entre las cerdas. Para ello, es necesario limpiar las cerdas aplicándole agua de forma concienzuda hasta que quede totalmente limpio.
Trate de dejar el cepillo en un lugar que le permita estar de forma vertical, con la cabeza hacia arriba y que facilite el secado con el aire hasta el próximo uso.

En caso de compartir el mismo espacio con otros cepillos, evite que éstos se toquen, situándolos separados entre sí. De esta manera, evitará una infección cruzada.

Trate de no tapar el cepillo de dientes con su protector hasta que éste se haya secado completamente, ya que al estar húmedo y encontrarse tapado favorece el crecimiento de microorganismo y gérmenes. Es mejor como ya comentábamos anteriormente dejarlo secar al aire. Una vez seco, utilice siempre su protector para evitar el contacto con otros cepillos de dientes y protegerlo del polvo y/o posibles salpicaduras de otros miembros de la familia.

Un hábito que ayudará a mantener su cepillo de dientes en excelentes condiciones, es lavarse las manos antes y después de cada cepillado.

Si viaja, asegúrese que las cerdas no se aplastan. Para ello, es bueno utilizar un protector y antes de su uso lavarlo con abundante agua. Una vez mojado, recuerde que debe dejarlo secar al aire para evitar el crecimiento de gérmenes y bacterias.