Bruxismo

Si escuchas la palabra “bruxismo” es posible que no sepas de qué estamos hablando. El bruxismo no es otra cosa que el hábito de rechinar los dientes. Se caracteriza por el hecho de que durante el sueño se producen movimientos inconscientes rítmicos y relativamente intensos de los músculos que participan en la masticación.

Esto es algo que sucede sobre todo por la noche y suele ser muy frecuente en niños, tendiendo a desaparecer rondando la segunda década de la vida. Forma parte del desarrollo natural de la dentición y de los músculos y huesos de la cara. Sin embargo, si el bruxismo lo padece un adulto las consecuencias suelen ser importantes dependiendo de la gravedad e intensidad en la que se produzca.

Una de las principales causas que produce este constante rozamiento entre los dientes, es el desgaste del tejido dentario (esmalte y posteriormente dentina), pudiéndose llegar a producir incluso la fractura de alguna pieza. También las encías sufren, se pueden inflamar y causar la movilidad de algún diente. Además, esta patología dental cursa con continuos microdespertares, lo que hace que no se descanse de la forma adecuada y se sienta cansancio durante el día.

Una de las principales causas que se relaciona con el bruxismo en adultos es el estrés, hay otros factores que puede provocarlo como puede ser una alineación inadecuada de la dentadura, una mala posición a la hora de dormir, malos hábitos en cuanto al sueño o la alimentación se refiere suelen ser otras causas que provocan este rozamiento entre dientes.

Los principales síntomas que presentan las personas afectadas por el bruxismo suelen ser entre otros, dolores de cabeza, dolor mandibular y de oídos, problemas de articulación temporomandibular, sensibilidad al calor, al frío y a alimentos dulces, ansiedad, tensión e incluso insomnio.

Una de las medidas que tradicionalmente se vienen usando para la prevención del bruxismo o en caso en los que el bruxismo provoque mucho dolor, son “férulas de descarga” o protectores dentales. Lo cierto es que estas medidas son temporales, ya que aunque en un principio calmen las molestias, pueden volver a aparecer en el momento que se dejan de utilizar.

Lo más recomendable es visitar un especialista en el caso que tengamos algún síntoma o la menor duda de padecer bruxismo, ya que es el profesional de la salud dental el único capaz de detectar si existe un problema mayor y si es necesario o no, aplicar un tratamiento correcto más definitivo que las llamadas férulas de relajación, como puede ser la colocación de ortodoncia para solucionar los problemas de maloclusión, la reposición de dientes ausentes o la extracción de los molares del juicio.

Creemos que la cirugía de la articulación témporo-mandibular o ATM en estos casos, es el último recurso, por ello recomendamos realizar ejercicios de relajación, aplicación de hielo o paños calientes en las zonas donde se produce el dolor; evitar comer alimentos duros y dulces, beber mucha agua, masajear la zona donde se produce el dolor e intentar dormir bien cuidando la postura que adquirimos a la hora del sueño.